El trabajo predictivo que presenté el año pasado estaba guiado por el arcano de la Muerte, el número 13 en el libro sagrado del Tarot. Justamente porque los maestros me mostraron el viaje al inframundo pude vislumbrar muchos acontecimientos que hoy son patente realidad. Para este año 2018 el tránsito de nuestro viaje a través del Hades nos lleva al arcano de la Templanza, el número 14, en este proceso de pasión, muerte y resurrección que se llama Venezuela.
Antes de entrar en materia y de que la fuerza de este arcano me revele lo que está más allá de lo evidente, me viene a la memoria un recuerdo de mi niñez en la Caracas de lo posible, y es mi papá diciéndome: “Todo tiene solución menos la muerte”. Todos, inexorablemente, estamos destinados a sus fauces, y cuando llega la putrefacción no tiene remedio, salvo que el cuerpo se momifique o lo lleven al crematorio
Al abordar el asunto que nos ocupa, la mirada anterior se queda en lo no existente, lo sin-vida, que en este caso es la república. Si el viaje que hicimos en 2017 al inframundo (el reino de nuestros muertos) nos despedazó, nos dejó aturdidos, desesperanzados, desolados, hambreados, en la oscuridad, un cuerpo sin alma, la Templanza (el Ángel) en este 2018 viene a restaurar con su energía lo que en teoría podría ser transformado para fluir en otra dirección. Es el arcano que produce la magia de transformar lo muerto en energía vital, el que viene desde la pulsión de los arquetipos a demostrarnos que lo que tenemos por muerte no es más que un proceso previo al renacimiento, una transformación profunda y definitiva con muchas aristas en una realidad signada por los cambios sucedidos en un cadáver llamado Venezuela que desea resucitar. La Templanza muestra con contundencia el dominio que debemos tener de nosotros mismos, el balance, el propósito, la tenacidad para lograr los objetivos futuros de la libertad, aunque se vean muy lejanos e inciertos. El punto aquí es no perder la paciencia y la brújula para enfocarnos en la reconstrucción posible después de la destrucción, de la desolación, de la muerte. Venezuela está en proceso de hacerlo, mantengamos la calma y hagamos que las cosas sucedan. Que el tránsito por el purgatorio nos revele el camino de la ascensión, que las condiciones después de la muerte den paso al renacimiento.
Que el arcano de la Templanza se me presente como guía para este trabajo no significa que la Providencia divina va a intervenir, y esto no lo digo contra el pueblo devotamente católico y sus aspiraciones de libertad. El que su santidad el papa Francisco se implique en los procesos de “negociación” es garantía justamente de que la Providencia no va inmiscuirse en Venezuela para liberarla del oprobio, porque si tal mano divina realmente mediara, el pontífice escucharía a la Conferencia Episcopal Venezolana. Mis respetados sacerdotes amigos saben muy bien a qué me refiero.
La Templanza (el Ángel) nos ofrece una visión menos terrorífica que el arcano de la Muerte y el esqueleto portador de la guadaña que la representa, pero no es por ello menos transformadora. La carta nos muestra un ángel que intercambia un líquido a través de dos cántaros, de dos causas, a saber, lo material y lo espiritual. Nuestro deber es influir sobre estas dos causas con el objetivo de cambiar, si es posible, para bien. Es encontrar el equilibrio, el punto medio, entre el modelo clientelar partidista que ha llevado a la muerte de la república y la nueva visión liberadora, el espacio que necesitamos para romper con el pasado -el más cercano y el más lejano-, y luego renacer. Se presentará más de una vez el camino del medio, pero no del medio neutro, es el medio unificador porque habrá que comprender las palabras de Aristóteles: In medio virtus (En el medio está la virtud).
Implica, sin duda, unir con prudencia lo mejor, una conquista libre y coherente. Pero no lo mejor de chavismo y oposición porque son lo mismo en grados diferentes, sino lo mejor de la venezolanidad toda, de los guerreros, de los seres luminosos. Los venezolanos aprenderán (o están en proceso de hacerlo) a ser capaces de vencer la invasión cubana, la bota y chequera rusas y los ideales terroristas de las FARC y de los fundamentalistas islámicos, los ideales de los comunistas trasnochados. Llegará la ayuda internacional si no somos sumisos. Esto lo digo porque el arcano que nos dirige en esta vuelta se vincula con Acuario, el hombre que derrama el cántaro y lo vierte a favor de la humanidad. Pero aterricemos un poco más esta idea, y al hacerlo dejémonos de “pajaritos preñados”, aunque partamos aquí de simbolismos esotéricos.
La Templanza se vincula con Acuario y este signo zodiacal tiene como imagen el diluvio y el arca de Noé. Es una figura muy interesante la que nos plantea esta carta del Tarot, dada la diáspora cada vez más masiva. Es una imagen poderosa en tanto que sucumbe bajo las aguas lo anterior y da paso a una nueva tierra, mueren todos los maledicentes y sobreviven los que pueden guardarse en el arca y aguardar pacientemente la señal, mientras terminan el chaparrón, el hundimiento y el diluvio. Y es que la Templanza implica mantenerse a flote si y sólo si la circulación de nuevas ideas (Acuario) viene a desplazar las viejas estructuras (Capricornio) y a manifestarse -más que en los procesos que implican individualidad- en lo colectivo, en el individuo que forma parte de un todo, de un Arca-Familia-Pueblo. Desarraigo para los que se van, aguantar el aguacero para los que se quedan.
El Bien y el Mal, el Espíritu y la Materia, el que realiza la alquimia en esta carta de Tarot no es una figura humana, es un ángel, es decir, una entidad lumínica, no un ego. Es la entidad luz la que mezcla las aguas para producir una nueva energía. ¡Ay, cuánto ego! ¡Cómo te has dejado hundir, Venezuela, entre egos depredadores! El sistema depredador de la tiranía chavista-madurista es lo que nos ha llevado a la muerte de la república, a la humillación, a una dictadura que ha tenido entre sus mejores aliados a la jerarquía MUD y a los “negociadores” internacionales, Rodríguez Zapatero, la OEA, el Partido de la Liberación Dominicana, el Vaticano. Una tiranía hambreadora socia del Partido Comunista Cubano y de los socialismos latinoamericanos, junto a los Obama-Clinton y la podredumbre europea, afiliada a los intereses del PSUV, que ahora le entrega el país a China y Rusia.
La Templanza, en medio de toda esta bosta, ciertamente implica negociar en algún momento. De lo más oscuro, de la barbarie, surgirá la Templanza que nos conducirá al resurgimiento y fortalecimiento de los libertadores, que serán más tenaces frente al objetivo. Desde la clandestinidad y de las acciones contundentes vendrán nuevas luces, aunque -a mi entender- cualquier negociación no hace más que alimentar la tiranía de los egos. Necesitamos pensar en este ciclo en nuevos liderazgos, restaurar lo que queda para transformarlo. Esto implica paciencia, fe, esperanza, paz y conciliar opuestos, pero estas cosas no están en el aire, no son etéreas, no responden a los caminos que nos han vendido: “electorales, constitucionales, democráticos…”.
Pueblo de Venezuela, abre los ojos: la estafa electoral sólo implica una abyecta sumisión a la dictadura, al Estado cárcel, a la muerte y putrefacción prolongadas en el tiempo. Ellos no quieren elecciones, quieren únicamente realizar su proyecto totalitario, dictador, hegemónico. Los que en medio del diluvio quieran salvar la república y cumplir con el designio de lo sagrado, que hagan su arca y metan allí lo que quede de bueno de todas las razas animales de nuestra tierra; que se meta Noé, su esposa, Sem, Cam y Jafet y sus nueras, que aguanten el aguacero destructor largo y prolongado en la tormenta, que demuestren de qué está hecha la casta venezolana de los políticos, de los militares y fuerzas policiales, de qué está hecho el pueblo todo, si de madera o de papel. Porque si es de papel, lo que una vez conocimos como Venezuela no será más, en medio de una tiranía que no necesita estado de derecho, que no necesita legitimidad, no necesita ningún apoyo popular para perpetuarse. Será aún más oprobioso y humillante todo lo que los chavistas-maduristas en conjunción con la oposición entreguista puedan hacer durante 2018. Hay muy poco ya qué destruir. Sólo les resta destruirse a sí mismos, dividirse, enfrentarse entre mafias o intentar prolongarse oxigenándose con Putin y sus planes de injerencia geopolítica, y es allí que veo los días por venir:
– Putin, tras bastidores, manejará buena parte del destino de Maduro y su permanencia en el poder. Las riquezas de Venezuela, saqueadas por los generales del narco-régimen y Rusia. Planes ocultos que implican el sostenimiento de nuestra economía a través de Rusia.
– Generales rusos y cubanos ocupando en las bases militares puestos de mando que corresponden a generales venezolanos, desplazados por el temor de Maduro a una traición.
– Rosales: lo tildará el pueblo de traidor al reconocer a la ANC.
– Células castristas en muchos estados de Venezuela serán neutralizadas por fuerzas patrióticas del mismo pueblo.
– Control absoluto de la Faja del Orinoco, Pdvsa, gas, armamento, producción agropecuaria y recursos minerales, en manos extranjeras (rusas).
– Control de amplias zonas por la guerrilla.
– Una Venezuela dividida, fraccionada. Una parte próspera bajo dominio ruso, extranjeros con legislación que los protege más que a los nacionales, y el pueblo esclavizado por dos u ocho dólares al mes (la prosperidad para unos pocos, poquísimos); otra parte sumida en la miseria más extrema, donde pulularán como zombis personas en el hueso, carroñeros, incluso caníbales. Lugares desiertos, desolados y burbujas felices, lucrativos negocios cuyas abultadas cuentas en dólares terminarán en criptomonedas o en Dubai, Líbano, China o Rusia, para esquivar el bloqueo de Trump.
– La ayuda internacional está allí, en la puerta, y hay que rogar para que el PSUV y los negociadores de la oposición no la sigan deteniendo, junto a Rodríguez Zapatero, el Papa, los cómplices del Partido de la Liberación Dominicana y la socialdemocracia estadounidense y europea, así como tampoco impidan las medidas que quieran impulsar desde la ONU y la OEA.
– Viene una bomba que tendrá que ver con el TSJ y sus magistrados en el exilio.
– Transporte, agua, luz eléctrica: colapso total.
– Mujer que desde Estados Unidos avanza legalmente contra la tiranía venezolana.
– El Alberto que anuncié el año pasado se reveló, es Oscar Alberto Pérez. Este año continúa su protagonismo de manera contundente.
– Otros grupos se manifestarán en insurgencia armada como recurso ante la putrefacción de los factores político-partidistas del PSUV y sus socios.
-Necesidad de un nuevo liderazgo no partidista. Lo hay, pero luce impopular porque dice la verdad. Deberá articularse, flexibilizarse.
– La justicia en manos de Estados Unidos. Furia de la administración Trump.
– Tribunal estadounidense se pronuncia contra Maduro.
– El madurismo seguirá su “cruzada contra la corrupción”, que no es más que desarticular individuos y mafias que les hacen competencia. Ellos (los maduristas) tienen pretensiones hegemónicas (mafias contra mafias).
– Hombres o mujeres que no sean de armas se rebelarán por la palabra escrita y/o hablada; si son de armas, tendrán objetivos claros. Pero saben muy bien que uno u otro tienen por destino la cárcel o el exilio, cuando no la tortura o la muerte. Deben manejarse con sumo cuidado.
– La anarquía y el robo impiden en muchos sentidos que Rusia logre sus objetivos geopolíticos en Venezuela. Putin saldrá del país con el rabo entre las piernas.
– Enfrentarles, reducirles, es el objetivo de los hombres alzados en armas.
– Salud del tirano: sufre de la sangre, de la columna, algo que lo pudre desde adentro.
– El cáncer (la enfermedad) recorre los pasillos de Miraflores y se lleva a más de uno.
– Buques y barcos hundidos.
– Atentados con armas y explosivos.
– Corte Interamericana será crucial.
– Maduro pretenderá no realizar elecciones y declararse públicamente en dictadura.
– Rebelión civil en muchas partes del país, explosión social. Más torturas.
– Un acontecimiento importante en la ONU por la injerencia de Rusia en Venezuela.
– Países latinoamericanos protestan ante organismos internacionales junto a Estados Unidos por la creación de base militar rusa en Venezuela.
– Las victorias de Maduro (que las tendrá) serán vanas y efímeras. Uno hace planes y Dios se ríe…
Este año se aconseja a la población no angustiarse ni estresarse, aunque se vea una situación agitada y los horrores se manifiesten por doquier. Hay que disponer de una visión de largo plazo en la cual se puedan enfocar los objetivos últimos. Mediante el logro de un equilibrio se deberá buscar una salida a este putrefacto estado de cosas.